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Hoy finalizaremos el tema de la mayordomía que hemos estado abordando durante este mes. El énfasis de hoy en la mayordomía integral es el TESTIMONIO Y EL SERVICIO.
A la verdad, entre los regalos que Dios nos ha dado, tenemos los DONES ESPIRITUALES. Que no son más que capacidades especiales que Dios nos otorga cuando recibimos a Cristo en nuestro corazón y nos capacita para servir en el reino de Dios.
La Biblia aborda el tema de los dones espirituales en diferentes lugares. Siendo los más destacados: Romanos 12, 1 Corintios 12, Efesios 4:11,12 y 1 Pedro 4:10. En todos se nos enfatiza el origen de los dones y sus propósitos en el cuerpo y, nos instruyen en su forma de uso. Para beneficio del cuerpo y que no hubiese desavenencia, sino que todo fuera para edificación y para la gloria de Dios.
Todo creyente, discípulo de Cristo, debe saber que, como mayordomo de Dios, tiene compromisos con su iglesia (que es el cuerpo local de creyentes en su comunidad). Algunos de estos compromisos básicos están relacionados con: Asistir y participar (sostener) los cultos de adoración; orar por la iglesia, sus líderes y miembros; ayudar en el sostenimiento a través de sus diezmos y ofrendas. Y, cada uno, debe servir en algún ministerio de acuerdo a sus dones espirituales y capacidades que Dios le ha otorgado.
Si un creyente no lo hace, perjudicará el cuerpo total (la iglesia). Es como que uno de los miembros de su cuerpo físico no funcionara, afecta el desempeño de todo el cuerpo. ¡así ocurre con la iglesia, el cuerpo de Cristo en la tierra.
Hoy, nuestro Hno. José Montes, diácono de nuestra iglesia, nos ha de guiar en la reflexión bíblica, con el propósito de desafiarnos a poner manos a la obra y servir en el ministerio al cual Dios nos ha llamado.
Próximamente, nuestra iglesia estará escogiendo a las personas que han de liderar los diferentes ministerios de la iglesia para los próximos dos años. Y, se necesitan de mayordomos fieles que digan “heme aquí, Señor”. No sólo para los que dirigirán los ministerios, sino también, los que han de involucrarse y apoyar cada ministerio. Y, si aún no hemos creado un ministerio y el Señor le dio un Don, es posible iniciar uno nuevo con usted que siente la carga del Espíritu para hacerlo. Por lo pronto, le animamos es escuchar, a escudriñar e investigar y responder al llamado del Señor. Bendiciones.
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